viernes, 14 de marzo de 2014

ENTREVISTA A...

JOSÉ DÍAZ SALAZAR "EL FIERA"





De padre alcalareño y de madre sevillana, nace en octubre de 1955 en la calle Mairena de Alcalá de Guadaíra, José Díaz Salazar, conocido popularmente como Pepe "El Fiera". Su pasión por las cofradías le viene de pequeño y de un fuerte arraigo familiar, su padre, gran amigo del escultor alcalareño Pineda Calderón, le inculcaba la Semana Santa "panaera", mientras que por parte de su madre, muy unida a la Hermandad del Gran Poder, le enseñaba como se vive la Semana de Pasión en Sevilla.


Para él la Semana Santa es una pieza importante en su vida, conformada por recuerdos de un Jueves Santo vestido de nazareno con tan sólo 6 años en la Hermandad de la Amargura, cuando encallaba los claveles para el paso de Cristo del Amor en la casa de Diego Lara, de un Viernes Santo alcalareño vestido de nazareno en la cofradía del Santo Entierro gracias a la túnica que le prestaba su amigo José Orea, o de esa mañana de nervios de Domingo de Ramos cuando en su casa todo se preparaban para vivir la salida de la Oración, Hermandad a la que está vinculada toda su familia.


Desde 1967, José ya vestía la túnica de su Hermandad.

Fueron pasando los años, y Pepe seguía viviendo la Semana Santa bajo la penitencia del antifaz de su Hermandad Salesiana, pero a finales de la década de los setenta, todo iba a ser diferente.

Comenzó una noche de noviembre del año 1979. En su casa se encontraban de tertulia Juan Gutiérrez, Bernardo, Jesús Mallado, Los Pinedas, Miguel Ángel Zalza (que en Paz Descanse), Kisko, Pepe López, Miguel Escalante, su hermano... entre otros, y de forma espontánea se comentó que si quería ser capataz de la Hermandad del Rosario. En aquellos años la Corporación pasaba por un periodo económico delicado, y se veía obligada a desvincularse del cuerpo de capataces, ya que era imposible poder pagarles. Desde un principio le encantó la idea, y dijo que si.
Pasaron los meses y en marzo de 1980, su Hermandad del Rosario le proclamó de forma oficial capataz del paso de misterio de la Oración, sustituyendo a Jaime Márquez.



Primera salida como capataz. Año 1980.
Pasaron los años, seguía sacando como capataz la cofradía de su familia, y debido a su amistad con José López, Curro Calderón y Araujo, en 1985, consigue ser ayudante del capataz Salvador Dorado Vázquez "El Penitente". Salazar ya conocía al "Penitente", pues a menudo paraba en su cafetería que tenía en Alcalá, conocida como "Cafetería Bécquer".

Llegó el año 1990. Tenía la edad de 35 años cuando Salvador Dorado le abrió las puertas para estrenarse como segundo capataz en Sevilla, en el paso de la Divina Misericordia. En el Nazareno de las Siete Palabras estaría unos 4 años mandando junto al "Penitente".
Ese mismo año comenzaría a salir también en la Hermandad de los Negritos, estando sólo 3 años.

De izquierda a derecha: Salazar, Paco Gandia, ex consejero bético Gregorio Conejo y Salvador Perales.
Momentos antes de hacer Estación de Penitencia.

Y asimismo, trabajaría con Perales delante del paso del Santo Entierro y de Nuestro Padre Jesús Nazareno de la cofradía del Silencio. En ambas Hermandades sólo estuvo un año.




Curro Calderón, Salvador Perales y José en el paso del Cristo Yacente de Sevilla.

A mediados de los años 90, además de las cofradías que sacaba tanto en Sevilla como en Alcalá, y con la ayuda de su gran amigo Salvador, entra en la Hermandad de las Aguas, sustituyendo al capataz Alberto Gallardo.
Allí en la Hermandad de las Aguas estaría unos 3 años y se lleva el recuerdo, vivido delante del paso, de mandar el paso de Cristo de las Aguas con una cuadrilla muy alcalareña a la que no le faltaba sentimiento, o llevando sólo el palio de la Virgen de Guadalupe, que en aquel tiempo salía desde la Iglesia de los Terceros.


Delante del palio de Guadalupe con Curro Calderón.


Años más tarde, dejaría de mandar en la cofradía de la calle Dos de Mayo para regresar de nuevo, en el año 1998, a la Hermandad de las Siete Palabras.
Allí estaría hasta el año 2000, junto a Salvador al frente del palio de la Virgen de la Cabeza y el Misterio de las Siete Palabras, paso que siempre recordará ya que fue el último llamador que tocó en Sevilla.


De izquierda a derecha; Salvador Perales (hijo), Emilio Sevillano, Salazar, Salvador Perales y Gonzalo Carrión.

Durante esa década brillante de los años 90, Pepe también mandaría el paso de la Virgen de la Granada, Patrona de la localidad sevillana de la Puebla del Río, o el paso de Nuestra Señora del Águila, en el evento de la Coronación Canónica que tuvo lugar en el año 2000 en la Ciudad de Alcalá de Guadaíra.


Salazar y sus costaleros en el evento del 3 de junio del 2000.

Una vez dejado todas las cofradías que llevaba en Sevilla, se centra únicamente en el paso de Nuestro Padre Jesús de la Oración en el Huerto de Alcalá.
Un paso de misterio, que por una series de problemas dejaría de mandar llegado el 2004. Al frente del "Moreno"  estuvo 25 años que jamás olvidará, y de los que se lleva personas como, Miguel Ángel Pascual "El Pascuali", Miguel Escalante, "El Macho", Ricardo "El Tatin", Jaime Gómez, Salvador, Curro García.... y un sin fin de amigos a los que siempre recodará.

Durante su etapa como capataz, nos cuenta que ha aprendido mucho de sus amigos, de la experiencia de haber visto a compañeros trabajar y de haber trabajado él mismo con tan grandes capataces de Sevilla y de Alcalá. Le quedan pocos sueños por cumplir, quizás, nos añade, que le gustaría volver a tocar el martillo de su Hermandad, él no le cierra la puerta a nadie, y menos a su Hermandad, aunque hoy por hoy está muy complicado.



Le preguntamos también por el principal motivo para ser costalero. Nos cuenta que una de las miles labores que debe de tener como capataz, es crear punto convergente entre la afición y la devoción del costalero. En aquellos años cuando le venían a pedir trabajo, la mayoría entraba más por afición que por devoción, pero todos ellos acababan haciéndose hermanos de la corporación y queriendo a la Hermandad como a su madre. Él conseguía esa unión debido al buen trato que había entre ellos, al gran ambiente que creaba en su cuadrilla, la amistad y respeto entre unos y otros.... porque Pepe era una persona que exigía mucho a sus costaleros, le pedía compromiso en cada levantá, en cada revirá, pedía concentración en todo momento, nada de relajación, y todo eso al costalero le gustaba mucho, puesto que era sinónimo de que en la calle se iba hacer bien. Como él dice "Exigencia para que el costalero se sienta más cómodo". Por eso le conocían a Pepe como "El Fiera", por como se enardecía con su Gente de Abajo. 





También le preguntamos sobre la indumentaria de las cuadrillas. Nos comenta que no está de acuerdo con las modas de hoy en día, y que a él le parece estupendo que todos los costaleros vayan iguales, tanto es así, que él fue de los primero que introdujo en nuestra Ciudad alcalareña, la uniformidad de las cuadrillas. Todos iban con camiseta blanca, escudo bordado de la Hermandad de la Oración, pantalón y calcetines negro, alpargata de color oscuro. Todo aprendido de las cofradías que sacaba en Sevilla.


Cuadrilla de Ntro. Padre Jesús de la Oración, totalmente uniformados.
Año 1998.

Pepe nos cuenta algunas vivencias entrañables, como la primera y única vez que se metió bajo un paso. Fue en 1985 en San Juan Bosco, cuando el capataz Pedro Galindo, le puso la labor de ir fijando en primera a su gran amigo "El López".
De todos modos, ese año le sirvió para darse cuenta que su oficio no es ser costalero, si no el estar delante de un paso.


Nos cuenta también alguna anécdota triste, como la que le ocurrió delante del paso de la Oración en un Domingo de Ramos alcalareño. Iba como capataz del paso de misterio por la calle Mairena, allí se encontraba en silla de ruedas uno de los fundadores de la Hermandad; Antonio Aranburo. De forma espontánea mande a los costaleros revirar el paso de misterio para ponerlo mirando hacia él. Esta vez sería la última vez que vería su Cristo en la calle pues a los pocos días se unió a Él en los Cielos.

Otra vivencia, fue cuando cogió por primera vez un palio en Sevilla. Era Jueves Santo y Pepe se encontraba como capataz delante del paso de la Virgen de los Ángeles. Una vez que hizo el saludo a la Hermandad vecina de San Roque, le dejaron sólo al mando del martillo, el fiscal de paso de la Hermandad le dio ciertas ordenes, y en sólo tres chicotás tuvo que "encajar" el palio en Campana desde Recaredo. Le llamó mucho la atención pero le explicaron que al ser la primera del día, era normal esa rapidez con la que tenía que llegar a Carrera Oficial.



Para finalizar, Pepe quiere agradecer a aquellas personas que le llevaron a Sevilla dónde aprendió muchísimo del mundo del martillo, en particular al capataz Salvador Dorado Vázquez "El Penitente", a los que siempre se acordaron de él, a los que estuvieron allí cuando era capataz, a Salvador Perales, a José López y sobre todo, a aquellos que siempre le arroparon en los momentos más complicados. Nosotros por nuestra parte le agradecemos a él, su amabilidad, colaboración y todo el tiempo llevado en la entrevista. Gracias por todo, "Fiera" .



Salazar junto a su gran amigo Chema (Patero izquierdo que siempre ha llevado en el paso de la Oración y que actualmente va de segundo capataz en el palio de la Virgen del Rosario) y Norberto, en aquel entonces, su segundo capataz.

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